La Cotorrita

Descripción

La Cotorrita fue el primero de los dólmenes de La Lora en ser excavado con metodología arqueológica (1969). Se trata de un gran sepulcro de corredor ceñido por un túmulo de planta circular de más de 20 m de diámetro. Consta de una cámara construida con grandes ortostatos (se conserva uno de más de 2,5 m de altura) y por un corredor que se abría paso por el sector SE como es común en nuestros dólmenes. El pasillo alcanza los 7,5 m de largo y se ensancha a medida que se aleja de la cámara, siendo en su extremo más alejado donde se localizó una acumulación de piedras y tierra compactada, que podría responder a un bloqueo intencional de la entrada al sepulcro. Entre los materiales del ajuar se cuentan hojas y geométricos de sílex, un punzón de hueso, dos hachas de ofita y un mortero de piedra, todos hallados en el corredor. En cambio, de la cámara proceden elementos más modernos, como cerámicas a torno o una moneda medieval, lo cual evidencia los saqueos históricos que habría sufrido la zona central del dolmen. Por esta razón, el osario que se ha podido estudiar procede del pasillo, y de un sector en el que había quedado protegido por uno de los ortostatos caídos. El análisis antropológico inicial llegó a establecer un mínimo de ocho individuos, la gran mayoría adultos. Los restos óseos además presentan algunas lesiones traumáticas, como una fractura de cúbito de la que el damnificado logró curarse perfectamente. En este dolmen no se han registrado patologías orales significativas, más allá del desgaste dental, muy común en las poblaciones neolíticas. Además de todos estos huesos del pasillo, también se halló un enterramiento probablemente más tardío al exterior de la construcción megalítica, en la zona de contacto entre la cámara y el lienzo occidental del corredor. Permanecía en la postura en que fue enterrado, en decúbito lateral derecho con las piernas flexionadas, esto es, en posición fetal, y portaba como ajuar un cuenco liso de cerámica que por sus características se considera posterior a la fase de enterramiento propiamente megalítica.