Fuentepecina

Tipo

Necrópolis

Coordenadas UTM (ETRS89)

x = 441.196; y = 4.724.558

Coordenadas geográficas (WGS)

Latitud 42.671247; Longitud -3.717632

Coordenadas Google Maps

42.671247,-3.717632

Acceso

Ascendiendo desde Sedano al Páramo de Masa por la carretera BU-514, nos desviaremos a la izquierda a la altura del km 4.7 para tomar el camino de Las Hazas. Tras recorrer aproximadamente dos kilómetros, tomaremos un nuevo desvío a la izquierda para, a través de un empinado vallejo (solo recomendable para automóviles todoterreno) acceder a una planicie en la que nace el manantial de Fuentepecina. A su alrededor, muy concentrados, se localizan los cuatro túmulos megalíticos que componen la necrópolis de este nombre. En la marcha a pie desde la carretera habremos invertido cerca de una hora.

Entorno

La necrópolis se ubica al sureste del antiguo término municipal de Sedano, casi en el límite con el de Moradillo. Ocupa un altiplano a 950 m.s.n.m a mitad de camino entre el valle de las Hazas por el sur, y la culminación del páramo de Rebolledo por el Norte.

Descripción

Se trata de un conjunto de 4 tumbas megalíticas de reducidas dimensiones que, a diferencia de otros dólmenes de La Lora, por lo general aislados, no distan más de 300 m entre sí. La primera intervención se efectuó en Fuentepecina I, un dolmen en el que se pudieron distinguir una cámara poligonal de 2,5 m de diámetro, muy deteriorada, y tres losas de un posible corredor o vestíbulo orientado al SE y muy destruido, todo ello bajo un leve montículo tumular. A 250 m al sur encontramos Fuentepecina II, un monumento dotado de un túmulo algo mayor, cuya cámara, de 2,5 m de diámetro, adopta forma hexagonal. En este caso, sí se pudo documentar la existencia de un pequeño vestíbulo adosado, a modo de escotilla vertical por la que se accedería a la cámara. Fuentepecina III, algo más al oeste, ha sido modernamente retumulizado, pero en el momento de las excavaciones se presentaba seriamente dañado por una cabaña moderna y por una necrópolis medieval, lo que impidió conocer sus características originales. Y Fuentepecina IV, por último, ubicado a 190 m al este de Fuentepecina I no presenta ni un gran levantamiento tumular y ni una estructura propiamente ortostática, por lo que suele adscribirse a la categoría de túmulos sin estructura megalítica. Sin embargo, no hay que descartar pudiera tratarse, sencillamente, de un sepulcro megalítico mal conservado. La simplicidad de las arquitecturas en esta necrópolis se puso en relación desde un principio con la antigüedad de los materiales que componían el ajuar. De estos materiales arqueológicos podemos destacar microlitos, espátulas de hueso que podrían encajar dentro de la tipología denominada San Martín-El Miradero, diversas cuentas de pizarra, lignito, variscita o talco, hachas pulimentadas de ofita, hojas de sílex y cuarzos. Nos encontramos, por tanto, ante unos monumentos que se identifican con las primeras fases de implantación megalítica en La Lora, lo cual se ha podido confirmar gracias a una serie de dataciones de carbono 14, cuyos resultados han revelado que las cuatro tumbas funcionaron simultáneamente durante la primera mitad del IV milenio a.C. Por último, el estudio de los osarios se ha visto lastrado por la mala conservación de los esqueletos, seguramente afectados por la humedad ya que la necrópolis se ubica en una zona frecuentemente encharcada. Pero, en conjunto, en estos cuatro dólmenes se depositaron los cuerpos de más de 30 individuos, documentándose un porcentaje de mujeres superior al de otros dólmenes.

Bibliografía

Delibes et alii. (1993): Dólmenes de La Lora. Burgos. Junta de Castilla y León.

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